La política comercial internacional afecta directamente la logística global y el flujo de mercancías entre países. Cada decisión en materia de aranceles, tratados y regulaciones puede alterar significativamente el tiempo, costo y seguridad de las operaciones. A medida que los países ajustan sus políticas comerciales para proteger sus economías o favorecer sectores específicos, empresas de todo el mundo enfrentan desafíos logísticos que requieren estrategias cada vez más flexibles y eficientes.
Por estas razones, la reciente reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos de Norteamérica, la economía más importante del mundo, está causando mucha incertidumbre en el sector logístico y entre las empresas que hacen comercio internacional desde o hacia EE. UU., China o cualquier otra parte del mundo.
¿Cuál es el impacto de las barreras comerciales y políticas en el sector logístico?
Los aranceles y las barreras comerciales son dos de las herramientas más comunes que utilizan los gobiernos para regular las importaciones y proteger sus economías, pero también las usan frecuentemente para generar presiones políticas relacionadas con las distintas agendas de gobierno. Por eso, los tratados de libre comercio (TLC) juegan un papel clave en la simplificación de la logística global al reducir o eliminar aranceles y otras barreras comerciales entre los países firmantes.
Gracias a los TLC, los bienes pueden trasladarse con mayor rapidez y a menores costos, lo que facilita a las empresas hacer más competitivas sus operaciones. Los TLC también permiten a las empresas logísticas expandir sus operaciones a nuevos mercados, ofreciendo a sus clientes alternativas de exportación o importación con beneficios fiscales y aduanales. Sin embargo, el retiro o la renegociación de un tratado puede forzar a las empresas a replantearse sus rutas y destinos comerciales, impactando sus costos y su capacidad de respuesta.
Además, está el tema de las políticas aduanales, que suelen volverse más restrictivas o complicadas cuando los países de entrada y salida no tienen una buena relación. Esto deriva, por ejemplo, en la implementación de requisitos de documentación adicionales, lo que hace que los tiempos de despacho se prolonguen, lo cual puede ser particularmente desafiante para sectores que dependen de la rápida rotación de inventarios, como el tecnológico o de productos perecederos.
Finalmente, los conflictos geopolíticos, como guerras comerciales o tensiones entre países, afectan las rutas comerciales y la seguridad del transporte internacional, y pueden provocar interrupciones en las rutas marítimas y aéreas, generar escasez de transporte en ciertas zonas y aumentar los costos de transporte debido a la necesidad de redirigir rutas para evitar áreas de riesgo.
Por ejemplo, la guerra comercial entre EE. UU. y China ha provocado el aumento de aranceles en ambos lados, que ha llevado a empresas a redirigir sus importaciones y exportaciones hacia otros países para evitar altos impuestos. Por otro lado, los conflictos en el Medio Oriente han llevado a la modificación de rutas marítimas y al aumento de los costos de seguro para el transporte, afectando especialmente al sector energético.
México y Estados Unidos en 2025 ¿Qué política comercial internacional esperar?
El devenir del comercio internacional sin duda es una de las grandes inquietudes de México frente a las recientes elecciones en Estados Unidos de Norteamérica, en las que resultó reelecto el candidato Donald Trump, quien se ha caracterizado por sus amenazas en materia de aranceles en caso de que nuestro país no responda a sus demandas en materia de migración y crimen organizado. Sin embargo, por muchas razones, tampoco a nuestro vecino del norte le conviene un cambio abrupto en la política comercial internacional entre ambas naciones.
De hecho, de acuerdo con expertos como José Gerardo Tajonar Castro, presidente Nacional de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM), si bien hay que proceder con cautela e inteligencia, esta nueva etapa también presenta oportunidades muy interesantes para nuestra economía y “para que México se fortalezca como socio estratégico, especialmente en el contexto del nearshoring”.
7 puntos de optimismo para la política comercial internacional entre Estados Unidos y México
A pesar de la incertidumbre que rodea la reelección de Donald Trump, existen varias razones de peso para que las empresas y la industria de logística vean el futuro de la política comercial internacional con optimismo, principalmente las estrechas relaciones entre México y Estados Unidos, así como su integración productiva y las oportunidades derivadas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
1.- México, primer socio comercial de Estados Unidos
México se ha posicionado como el principal socio comercial de Estados Unidos, desplazando incluso a China en esta relación tan estratégica. En 2024, las exportaciones de México a EE. UU. alcanzaron un valor récord de $44,852 millones de dólares, con compras estadounidenses a México por $20,866 millones. Este nivel de interdependencia crea incentivos para que ambos países busquen mantener la estabilidad comercial, pues cualquier interrupción podría tener efectos adversos en sus economías.
2.- Oportunidades de crecimiento con el nearshoring
Con las crecientes tensiones comerciales entre EE. UU. y China, Trump probablemente continuará fomentando la relocalización de empresas estadounidenses en México para reducir la dependencia de la manufactura en Asia. Esta tendencia, conocida como nearshoring, ya benefició a México en el primer mandato de Trump, entre 2017 y 2021, con la llegada de muchas empresas que reubicaron sus operaciones cerca del mercado estadounidense. Gracias a estas dinámicas, el nearshoring se proyecta como un motor de crecimiento económico para México, especialmente en sectores como la manufactura avanzada, la tecnología y la automoción.
3.- Generación de empleos en EE. UU. vinculados al comercio con México
Se estima que alrededor de seis millones de empleos en Estados Unidos dependen directamente del comercio con México. Este factor convierte a la relación comercial con México en una prioridad para mantener la estabilidad laboral y económica en EE. UU., lo que reduce la posibilidad de que se apliquen medidas proteccionistas extremas que afecten esta fuente de empleo.
4.- Interés de inversionistas internacionales en México
Empresarios e inversionistas internacionales ven a México como un mercado atractivo para el crecimiento económico en el contexto actual. Durante una reciente reunión, Larry Fink, presidente de BlackRock, y Adebayo Ogunlesi, director ejecutivo de Global Infrastructure Partners, destacaron el momento positivo de la economía mexicana y su fortaleza en el mercado global. La estabilidad del peso mexicano y el atractivo que representa el T-MEC para la inversión contribuyen a que México se perciba como un país clave para las operaciones comerciales.
5.- Inercia de la integración productiva en América del Norte
La creciente integración productiva de Norteamérica permite que México continúe desarrollando su papel como proveedor estratégico de Estados Unidos en múltiples industrias. México ha sido líder en la exportación de productos manufacturados a EE. UU., y esta tendencia es una ventaja que se espera que se fortalezca. La posibilidad de que Trump implemente medidas proteccionistas extremas podría verse limitada por esta alta interdependencia, que beneficia tanto a EE. UU. como a México.
6.- Incremento de seguridad fronteriza y formalización del comercio
Finalmente, aunque el aumento de la seguridad en la frontera puede presentar desafíos, también trae beneficios indirectos. Un control fronterizo más riguroso fomenta la formalización de las exportaciones e importaciones, ya que reduce el contrabando y permite que el comercio fluya de manera más estructurada. Esto podría traducirse en una mayor recaudación fiscal y una promoción de la legalidad en las transacciones comerciales, lo cual beneficia a ambas naciones al generar un comercio más sólido y confiable.
Retos de la política comercial internacional para tus importaciones y exportaciones
A pesar de la politica comercial internacional y las oportunidades derivadas de la relación comercial con Estados Unidos, México enfrenta también desafíos importantes por su cercanía y alta dependencia de la economía estadounidense. La proximidad geográfica, con una frontera de más de 3,000 kilómetros, y el intercambio constante de bienes y servicios hacen que México sea uno de los países más sensibles a los cambios en la política comercial estadounidense.
Una de las principales causas de alarma es que, durante su campaña, Trump mencionó posibles aranceles de hasta 25% sobre productos importados de México como presión para controlar la migración y el comercio con China. De imponerse, estas tarifas afectarían seriamente sectores clave de la economía mexicana, especialmente aquellos vinculados con las exportaciones automotrices y de manufactura avanzada, y se estima que un aumento arancelario del 10% podría reducir el PIB mexicano en un 1.5%.
Por otra parte, las políticas proteccionistas de Trump podrían extenderse a sancionar productos que se fabriquen en México con insumos chinos, afectando a empresas que han establecido su producción en el país aprovechando los bajos costos de manufactura. Esto coloca a México en una posición complicada, ya que también busca atraer inversión china como parte de su estrategia de nearshoring.
Además, si bien el nearshoring es una gran oportunidad para México, una política comercial restrictiva en EE. UU. podría desincentivar la inversión estadounidense en ciertos estados mexicanos. Estados como Nuevo León, Baja California y San Luis Potosí, que han recibido importantes flujos de inversión debido a su cercanía con la frontera y su infraestructura logística, podrían ver una caída en el interés inversionista si Trump favorece la repatriación de empresas a EE. UU.
Sin duda, para enfrentar estos desafíos, México debe fortalecer alianzas estratégicas no solo con sus propios empresarios, también con aquellos estadounidenses que se benefician del comercio bilateral. Claudia Sheinbaum ha mostrado una postura cautelosa y apuesta por el diálogo con Estados Unidos, destacando que la relación debe basarse en el respeto mutuo y la cooperación.
¿Qué podría pasar en la revisión del TMEC en 2026?
La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026 podría traer consigo ajustes importantes para fortalecer las economías de los tres países. Si bien Donald Trump ha expresado críticas hacia los acuerdos comerciales, su primer mandato resultó en una renegociación del TLCAN que culminó en el T-MEC, con mejoras en áreas clave como salarios en la industria automotriz y derechos laborales. Esto indica que podría apoyar actualizaciones que beneficien a EE. UU., siempre que también fortalezcan la industria regional.
Claudia Sheinbaum, la presidenta actual de México, ha afirmado que esta revisión no debe verse como una “renegociación” radical, sino como un ajuste donde cada país podría presentar intereses específicos.
Por un lado, es altamente probable que Trump utilice la revisión del T-MEC para impulsar su política de “América Primero” y limitar la triangulación de productos chinos a través de México o Canadá, buscando reducir la entrada de bienes manufacturados en China hacia EE. UU. En la otra mano, también es esperable que Trump utilice el T-MEC para presionar a México a tomar medidas en temas de migración y seguridad fronteriza, en la búsqueda de compromisos específicos a cambio de mantener ciertas ventajas arancelarias.
En el lado positivo, el contexto de nearshoring ha fortalecido a México, aumentando su papel como proveedor de manufactura avanzada en sectores como tecnología y automotriz. Una revisión del T-MEC podría consolidar esta tendencia y abrir más oportunidades si México aprovecha bien sus ventajas en la cadena de suministro norteamericana.
Asimismo, el nombramiento de Marcelo Ebrard como secretario de Economía es una señal clara de que México se prepara para una revisión activa y estratégica del T-MEC en 2026. Mediante el diálogo y la colaboración, México podría asegurar condiciones favorables y mantener su posición clave en el comercio norteamericano.
¿Cómo te ayuda Volca a mitigar los efectos de los cambios en la política comercial?
Ante los constantes ajustes en la política comercial internacional y la incertidumbre que pueden generar, en Volca Freight Forwarders te ofrecemos un soporte integral para que tus operaciones de importación y exportación con Estados Unidos se mantengan competitivas y seguras. Nuestro equipo trabaja en áreas clave para mitigar los efectos de cualquier cambio y aprovechar las oportunidades en el comercio entre México y EE. UU.
Contamos con un equipo que se mantiene al tanto de los cambios en tratados comerciales como el T-MEC, así como de nuevas regulaciones aduanales en los mercados clave. Esta asesoría proactiva nos permite ayudarte a prevenir complicaciones y ajustar tus operaciones conforme a las normativas vigentes, protegiendo tus envíos de costos inesperados o demoras.
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