¿Para qué sirve un almacén fiscal y su régimen de depósito fiscal?
Imagina que encuentras una oferta inmejorable de componentes eléctricos necesarios para tu cadena de producción con un distribuidor en China. Te conviene comprar un lote grande antes de que suban de precio para asegurar todos los insumos del año a un bajo costo. Solo hay un problema: no tienes dónde almacenar tantas cajas y, además, estás descapitalizado por la inversión y no te alcanza para pagar los impuestos de importación.
Este parece un ejemplo muy específico, pero sirve para ilustrar la función del régimen de depósito fiscal para las mercancías. En lugar de que tu envío llegue a puerto y lo tengas que reclamar inmediatamente en el depósito de aduana, con todo y los aranceles que ello implica, puedes dejarlo resguardado en un almacén fiscal por un máximo de 24 meses, siempre y cuando pagues la cuota de almacenaje.
Podrías, por ejemplo, retirar solo la cantidad de componentes que vas a usar para la operación de ese mes y, por tanto, pagar solo los impuestos y cuotas compensatorias proporcionales.
Otro ejemplo: imagina que eres una empresa extranjera que vende plotters industriales y quieres traer tus modelos nuevos a México para que los potenciales compradores los puedan ver en vivo y en directo antes de tomar una decisión. El problema es que si quisieras que esos plotters pasaran por aduana, la cantidad de impuestos que tendrías que pagar sería muy alta y además correría por tu cuenta, porque siguen siendo de tu propiedad.
Con el régimen de recinto fiscalizado estratégico puedes llevar tus equipos para exposición y venta a una sala de exhibición en un puerto aéreo o marítimo, y si hay un comprador interesado, al realizar la importación, él es quien se encarga de los impuestos.
Cómo puedes ver, el depósito fiscal es una especie de “ventana” de maniobras muy útil para las empresas que importan o exportan mercancía.
Cabe aclarar que un mismo almacén puede guardar mercancía en depósito fiscal y también almacenar las importaciones definitivas que ya se catalogaron como tal, si por alguna razón no las puedes reclamar directo del depósito de aduana, pero tampoco necesitas ponerle un “stand by” a los impuestos.
¿Cómo funciona el régimen aduanero de depósito fiscal?
Para entender cómo funciona un almacén fiscal, primero es buena idea familiarizarnos con los regímenes aduaneros. En cualquier operación de comercio internacional, un agente aduanal debe especificar el régimen aduanero de la mercancía que entra o sale del país.
A grandes rasgos, estos regímenes son lo que nos indica si una mercancía es de exportación, importación, importación temporal, si solo está realizando un tránsito de una aduana nacional a otra, si va a ser transformada o intervenida en un recinto fiscalizado estratégico o si quedará por un tiempo en depósito fiscal, en cuyo caso se almacena en un almacén fiscal.
Recuerda que todas las mercancías que llegan al país entran directamente en depósito ante aduana, en espera de ser despachadas por un agente aduanal, pero el máximo de tiempo que pueden permanecer allá es de dos meses. Algunas mercancías particulares tienen un plazo máximo de depósito ante aduana de 3 días, como los animales vivos y los materiales peligrosos.
El agente aduanal, en su calidad de apoderado del importador, es quien gestiona mediante un pedimento que la mercancía pueda ser reclamada definitivamente como importación o pase del depósito aduanal al depósito en un almacén fiscal, de ser necesario.
Una de las características más importantes de los almacenes fiscales es que cuentan con un enlace digital directo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), esto les permite mantener un registro compartido permanente y con actualización simultánea de toda la mercancía que entra y sale. También deben tener una zona o área exclusiva para el resguardo de mercancías en régimen de depósito fiscal.
Cuando tu agente aduanal deposita tu mercancía en un almacén fiscal, se expide un documento llamado “carta de cupo” y se envía directamente al SAT por vía electrónica. En ese momento la responsabilidad de la custodia y conservación de la mercancía es del almacén. También se expide el certificado de depósito, mismo que el agente aduanal te hace llegar y con el cual se puede realizar la extracción de la mercancía de manera completa o parcial.
Las regulaciones de los almacenes fiscales en todas sus modalidades son muy estrictas y los almacenes pueden perder su autorización de depósito fiscal ante cualquier irregularidad, porque una pequeña informalidad con la entrada y salida de las mercancías puede tener graves implicaciones legales y arancelarias.
Recuerda que no todas las mercancías pueden entrar en el régimen de depósito fiscal, entre ellas:
- Armas y municiones
- Explosivos
- Materiales contaminantes, radioactivos o nucleares
- Químicos peligrosos
- Piedras preciosas, coral, marfil, ámbar jade y relojes (excepto modalidad Duty free)
- Vehículos
Además, cuando una mercancía nacional o extranjera está en depósito fiscal, solo puede retirarse del almacén para ser definitivamente importada o exportada, para regresar a su país de origen o, en algunos casos muy particulares, para importarse de forma temporal. Por ejemplo, un equipo de maquila rentado.
En resumen, los almacenes de depósito fiscal sirven para:
- Importar mercancías sin tener que pagar los impuestos de inmediato o en una sola exhibición.
- Ganar tiempo antes de tener que elegir un régimen de exportación específico.
- Resguardar los envíos de manera 100% segura mientras llegan a su destino.
- Retirar la mercancía de manera parcial.
- Realizar exhibición o preparación de bienes o productos para la venta final.
¿Qué son los recintos fiscalizados y el régimen de recintos fiscalizado estratégico?
Además de los almacenes fiscales (que resguardan mercancías bajo el régimen de depósito fiscal), están los almacenes fiscalizados (que son básicamente lo mismo, pero administrados por particulares) y los recintos fiscalizados estratégicos (que también son básicamente lo mismo, pero que está dentro de la circunscripción de una aduana y tienen un perfil de espacio distinto).
Es importante considerar que el régimen de depósito fiscal es temporal, mientras que el régimen de recinto fiscalizado estratégico se considera exportación o importación definitiva, pero el tipo de espacio donde se almacena la mercancía está pensado para su exhibición, transformación, reparación o venta.
Dato curioso: ¿Sabías que las tiendas “Duty Free” funcionan como depósito fiscal y almacén fiscal?
¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen las tiendas Duty free de los aeropuertos para vender productos sin impuestos? Bueno, esto es porque están en el régimen de depósito fiscal y las ventas se hacen directamente a compradores que están por salir del país, es decir, por tomar un vuelo internacional. Esto significa que los productos, estrictamente hablando, nunca “entraron” al país.
Esto también funciona al revés, es decir, si vienes llegando del extranjero puedes comprar en una tienda duty free sin impuestos, sencillamente porque tus compras no pueden exceder los $300 USD o su equivalente.
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